Las fibras por donde sale la fuerza que promueve la degradación social y la de los gobiernos, son de muy variadas causas, las cuales están mezcladas y al mismo tiempo se interconectan; y no tienen precedentes en la historia reciente de Sinaloa, explicó el Maestro Héctor Melesio Cuén Ojeda, líder y presidente estatal del Partido Sinaloense, PAS, al hacer un balance de las acciones en combate a la degradación del tejido social de la entidad.
Una de las causas de esta degradación es que hay una concentración desproporcionada de la riqueza que se genera en la entidad, donde se permite que ahora hasta un kilo de aguacates valgan más que un litro de gasolina o leche y que la inflación esté por los niveles de hace casi una década.
En tanto, se le dice a la juventud y a la niñez sinaloenses que tienen todas las oportunidades para cumplir sus sueños y metas, pero la realidad es que las instituciones les mienten, sino que les fallan; y de pronto un día vemos, y otro también, que los están matando, porque se meten a negocios no lícitos, que reclaman sus vidas, cuando se encuentran con el destino de las mafias; o también son asesinados cuando los confunden con personas que se dedican a actividades ilícitas; o de tan mala situación, que quedan en medio de algún fuego cruzado durante algún enfrentamiento directo con armas de grueso calibre, lo que destruye familias y lastima a amigos o conocidos.
Antes de todo esto, los sinaloenses parecían decir que sabían lidiar con el asunto perverso de la falta de seguridad pública, con la falta de instituciones que estén del lado de la gente, pero ahora parece que no basta saber jugársela por cuenta de uno, sino que todos parecemos expuestos a la barbarie, deploró.
Mientras tanto, los gobiernos no están atendiendo un nuevo fenómeno que está transformando a México: el de la sociedad civil organizada y es que la gente está harta de padecer y sufrir, sin que haya resultados, o consecuencias, que le hagan sentir al pueblo que esto va a cambiar pronto y que la paz y la seguridad pública volverán al país.
Las estrategias ahí están, pero lo que se pregunta la ciudadanía es qué resultados reales hay, pues como ya se señaló, este monstruo de la inseguridad pública tiene mil cabezas y millones de formas de golpear a un pueblo que toleró durante mucho tiempo y a gobiernos que han dejado de actuar en muchísimas ocasiones, concluyó.