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Brecha/Antonio Quevedo Susunaga

En todo el mundo hay desespero porque esta pesadilla del coronavirus termine con la Sana Distancia, con el encierro que está originando desespero, angustias y depresión, mientras las autoridades piden y exigen no relajar las recomendaciones que se ha convertido en la garantía de vida de millones de personas.

En la medida que pasan los días, los “soldados” que se encuentran al frente combatiendo en esta “guerra contra enemigo invisible” resultan contaminados, otros resultan tocados fatalmente, algunos logran recuperarse, pero muchos quedan en el camino por salvar vidas.

La gente busca con ansias entrar a la “otra normalidad”, que todavía no tenemos claramente, pero de una cosa si sabemos, algo se rescatará de la vieja normalidad, hasta antes del coronavirus.

Esta pandemia no ha dejado de ser peligrosa, siguen los hospitales atendiendo enfermos, algunos sin contar con lo indispensable para enfrentar los retos diarios en cada cama y frente al mal que tienen en sus entrañas los enfermos.

El presidente y los gobernadores le dan gracias a la población porque se han quedado en casa, porque no han violentado las normas y evidenciar que los hospitales no tienen la capacidad para atender a los enfermos.

Los empresarios, como Salinas Pliego, le reclama al gobierno que no deja salir a la gente, en respuesta el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, dice “vamos de salida”, hay que aguantar.

La queja en los hospitales sigue siendo que el gobierno no les entrega los materiales que requieren para garantizar su protección.

El cansancio en el sector salud es evidente, que trabaja horas extras, que tienen que soportar algunos estúpidos que todavía los agreden, sin entender que ellos son “guerreros aliados”.

La otra “normalidad”, en algunos lugares la ven cerca, pero en otros la observan muy lejana, por el relajamiento que hay de las normas.

Es indiscutible que esta pandemia ha traído el hedor a la muerte, al miedo, y ha llenado a los humanos de incertidumbre y desesperanza.

Esta nueva “realidad” se advierte lenta, lejana y llena aún de ese hedor a muerte.

AUSTERIDAD EN LOS ESTADOS

La austeridad en los estados es un reclamo por la urgencia planteada por una población resguardada por la pandemia, por la saturación en los hospitales y las necesidades creciente de una población sin futuro de empleo.

La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, anunció que debido a la emergencia sanitaria por el Covid 19 se han tenido repercusiones económicas por lo que tomó la decisión de reducir al menos 50 por ciento del gasto corriente del presupuesto.

La gobernadora mantendrá 36 programas y acciones para atender las necesidades de los ciudadanos capitalinos, entre las que destacan la salud, seguridad, movilidad, vivienda, empleo e infraestructura.

El presidente Andrés Manuel López Obrador invitó a los gobernadores aplicar medidas de austeridad ante esta contingencia, les sugirió dejar de adquirir vehículos, reducir los ingresos a los regidores, despedir a las personas que no son fundamentales para el trabajo de gobierno, dejar de usar los aviones y helicópteros.

En su invitación a la austeridad, López Obrador puso el ejemplo del gobierno de Tlaxcala, que no tiene deuda pública contratada, debido a que el gobernador priista, Marco Mena, está respondiendo con fondos y programas para combatir la pandemia. Esto demuestra que si se puede. Es un ejemplo.

El objetivo es seguir adelante sin endeudar al país y los estados, claro que se puede, pero esto ocupa que los gobernadores transparenten su quehacer de gobierno, determinen las prioridades, ajusten el cinturón en sus gastos y dejen de comprar vehículos y pagando sueldos de excesos de empleados.

La pandemia y el gobierno de López Obrador está poniendo a prueba la transparencia en los estados, asegura que está entregando las participaciones que les corresponde conforme a la Ley, pero esta dispuestos a platicar acerca de la coordinación federal, si así lo desean, los gobernadores.

Es posible que la recomendación de López Obrador es porque el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, está endeudando su estado por 6 mil millones de pesos.

BRECHANDO

…El doctor Efrén Encinas anuncio un seguro de vida de 50 mil pesos para los trabajadores médicos y enfermeras que arriesgan su vida en los hospitales y que resulten contagiados por coronavirus, que hasta el momento han muerto tres médicos, una enfermera y cuatro trabajadores administrativos.

…Con el regreso a la “normalidad” los restaurantes trabajarán al 30 por ciento de su capacidad.

…La Fiscalía General de la República está emplazada a demostrar que actúa con transparencia y que en su equipo no “hay traidores”.

…En realidad, no hay sintonía entre la austeridad federal y los estados. El costo político alguien lo tendrá que pagar en el 2021. Y otros en el 2024.

…El periodismo en la Ciudad de México, envuelto en chismes de segunda y se olvidan de las informaciones útiles para la sociedad.

…Es posible que la periodista Carmen Aristegui pierda una parte de lo que tenía ganado.

…El dirigente estatal del PAS, Héctor Milesio Cuén Ojeda, no ha bajado la guardia para ayudar a la gente en esta pandemia.

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