Agenda Política/Jorge Luis Telles Salazar

Jesús Aguilar Padilla advirtió, aquella mañana de septiembre u octubre de 2009, que daba piso parejo a los cinco supuestos precandidatos por él seleccionados (Jesús Vizcarra Calderón, Mario López Valdez, Abrahám Velázquez Iribe, Aarón Irizar López y Oscar Lara Aréchiga) y que su decisión (a finales de enero de 2010) sería para quien se hubiese posicionado mejor y quien le garantizara una victoria sin problemas al Partido Revolucionario Institucional, en la elección para gobernador de Sinaloa.

Los hechos, sin embargo, decían otra cosa: del Palacio de Gobierno del Estado se transfirieron mil millones de pesos al Palacio Municipal de Culiacán, que le permitieron a Vizcarra, a lo largo de 2009, ejecutar una obra sin precedente en el municipio; entre ellas, la anhelada ampliación a cuatro carriles del puente de la avenida Obregón sobre el río Tamazula.

En ese mismo año, Vizcarra ejecutó además diversos proyectos en las principales sindicaturas del municipio de Culiacán – Costa Rica, Eldorado, Quilá – y todavía para finales del 2009 mantenía una actividad inusitada que fortalecía, evidentemente, sus posibilidades de alcanzar la candidatura del PRI al gobierno del Estado. En lo político, el PRI había ganado los dos distritos de Culiacán, en las últimas elecciones federales.

En realidad, en esos comicios, el PRI había triunfado en los ocho distritos, en un alarde de control político del gobernador Jesús Aguilar, que se traducía en un eventual regreso a los ya prehistóricos tiempos del “carro completo”. En honor a eso, Cenobio Ruiz Zazueta, entonces presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, partió pastel de chocolate en la sala de juntas del edificio del partido e invitó a los reporteros de la fuente a compartir un “ochito” en alusión a aquello de que “de ocho ¡ocho!”.

A Vizcarra, en realidad, los que más le interesaban era el quinto y el séptimo distrito e hizo un intenso trabajo político a favor de los candidatos del Revolucionario Institucional, para no exponerse, en lo mínimo, a un eventual desaguisado.

Precisamente en cierta ocasión, en que me pidió lo acompañara a una gira de trabajo por la población de Costa Rica – en mi condición de originario de esa sindicatura y director de los diarios de la OEM en Culiacán -, sin testigo alguno y mientras conducía su lujosa camioneta  a una velocidad de 140 kilómetros por hora, Vizcarra  me confesó:

-Mira ¡cabrón! Tengo que ganar ¡a huevo! Estos dos distritos. Con uno solo que pierda, se lo carga la chingada a mi proyecto político. Mi compadre (Jesús Aguilar) no me la dejaría pasar. Por eso ando con todo y puro pa´ delante.

El PRI triunfó en ambas demarcaciones y Vizcarra sintió la gubernatura en sus manos.

De hecho, para el inicio de 2010, ya solo quedaban dos en la pelea: Vizcarra y Mario López Valdez.

Abrahám Velázquez, Aarón Irizar y Oscar Lara entendieron, finalmente, que todo había sido una maniobra política de Aguilar Padilla; redujeron gradualmente su actividad; se sintieron usados por el gobernador  y se descartaron, de hecho, de la competencia. Velázquez Iribe, incluso, respaldó soterradamente las aspiraciones de Mario López Valdez, quien para entonces ya contaba con el apoyo incondicional del ex gobernador Juan Millán y con más discreción del también ex gobernador Francisco Labastida.

En su afán de ponerle a las cosas un disfraz de democracia, Jesús Aguilar Padilla logró que del Comité Ejecutivo Nacional del PRI – que presidía Beatriz Paredes Rangel – viniera el método de convención de delegados para la selección del candidato a gobernador por Sinaloa, a lo que López Valdez, obvio, se opuso categóricamente.

-Nada peor que te quieran ver la cara de pendejo – me mandó decir MaLoVa, con nuestro común amigo, el doctor Renato Gutiérrez, quien ya construía su clínica Bio Médica, en la esquina de Francisco Villa y Aquiles Serdán, a tres cuadras del edificio de El Sol.

-Y Mario no es ningún pendejo – le abonó, por su cuenta, Renato Gutiérrez.

Total que ya definidas las cosas, en una nueva entrevista con Aguilar Padilla, le pregunté:

-¿Por qué Vizcarra? ¿Por qué no MaLoVa?

-Me la pones fácil mi querido doctor. Al no aceptar el método de convención de delegados, Mario se ahorcó solo y le puso las cosas al modo a la Beatriz (Paredes) para que esto surgiera como candidatura de unidad – me contestó.

-Mi gobernador. Eso dilo en una conferencia de prensa. No me lo digas a mi por favor – le repliqué.

-Bueno, ya que insistes, te lo diré: estoy seguro, segurísimo, de que MaLoVa hubiese sido un gran candidato por el PRI, de hecho nuestro mejor candidato; pero Jesús Vizcarra será mejor gobernador. El gobernador que ocupa Sinaloa en estos tiempos de crisis económica y de seguridad. (La guerra contra el narco, decretada por el presidente Felipe Calderón estaba en todo su apogeo y la crisis inmobiliaria en su máximo esplendor)

Añadió:

-Por eso, solo por eso, me incliné por Vizcarra. Olvídate de todo lo demás.

-MaLoVa se va a la oposición y muchos priistas se irán con él ¿No tienes miedo de perder?

Tomo a Aguilar, como en un revire a primera base, cuando cree que ya casi está en la segunda. No esperaba lo crudo de mi señalamiento. Carraspea y dice:

-¿Muchos? No. No van a ser muchos. Los priistas no son tontos y no se van a jugar una aventura. Recuerda dos cosas, querido doctor: que nosotros ganamos aquí contundentemente la elección federal, con ocho de ocho y que estamos muy cerca de recuperar la presidencia de la República. ¿Qué no sabes cómo están las encuestas a favor de Enrique Peña Nieto? Lleva más de 20 puntos sobre su más cercano perseguidor. Si acaso unos cuantos. No van a pintar. A los priistas les gusta ganar, no perder. Saben a que atenerse.

Subraya:

-Mira: nos vamos con Vizcarra. Si MaLoVa fuese nuestro candidato, también ganaríamos. Igual con mi compadre Abrahám; el Aarón (Irizar) u Oscar Lara. La elección ya está ganada.

-Pues la verdad, veo fuerte a MaLoVa, sinceramente – le observé.

-Mira, MaLoVa, si se queda con nosotros, le irá bien, de un modo u de otro; pero si se va por el PAN no nos gana ni bailando en Chalman un sábado por la tarde. Es muy probable que nos venza en el Norte, porque allá si tiene mucho pueblo; pero le vamos a contestar  con buen margen en el sur y aquí en el centro le vamos a poner una madriza. Y es así como se moverá la elección. Ya lo verás –consideró.

Insiste:

-Todavía tengo esperanzas de convencer a Mario de que se quede con nosotros y dentro de seis años el será nuestro candidato, con toda seguridad. Hasta la fecha no hay una respuesta concluyente; sin embargo yo creo que sí. Y si no, pues le deseo la mejor de las suertes, como amigos que hemos sido hasta ahora. Y a los que se vayan con él, incluyendo a algunos de mis amigos, pues que les vaya bien. ¿Qué más puedo decirles?

Y hasta aquí, aquella plática con el entonces gobernador Jesús Aguilar Padilla.

El resto de la historia, como su desenlace, es de sobra conocida.

¿Estamos?

=0=

Mientras tanto.

Tal y como lo habíamos advertido en nuestras columnas anteriores, la llamada conducta de aislamiento domiciliario se relajo por completo, ayer, en el día del Niño.

Parecía un día normal en Culiacán.

Completamente atiborradas los establecimientos de venta de pizzas, los de hamburguesas, las pastelerías y las expendedoras de mariscos. Tráfico vehicular fluido y reuniones familiares en un alto porcentaje de las casas de la ciudad.

Y si esto fue en el día del Niño ¡imagínese lo que ocurrirá diez después en la festividad de nuestras Madres!

Lamentable la irresponsabilidad de la gente, que no termina de entender que la única forma segura de evitar el contagio es romper la cadena de transmisión a través del aislamiento domiciliario; pero que lamentable también que las autoridades competentes también hayan relajado sus restricciones al respecto. Por ningún lado las volantas para limitar, por ejemplo, el tráfico vehicular a lo estrictamente necesario.

Si ya de por si los números son preocupantes, esto puede dar lugar a rebotes importantes durante las próximas semanas y extender el confinamiento todavía más allá del primero de junio, que es la fecha clave para el gobierno federal.

Hay que endurecer más la mano, señor gobernador, señor presidente municipal.

Ya todos estamos hasta la madre de nuestra prisión domiciliaria, pero la distensión implicará tiempo mayor en el confinamiento.

Una simple opinión.

Solo eso.

=0=

A manera de colofón.

Nuestras historias de los últimos días, forman parte del proceso de producción del libro con el cual festejaremos 50 años de ejercicio periodístico en la primavera de 2022. ¿Qué somos demasiado optimistas? Si lo somos. Pertenecemos al grupo de población más vulnerable ante la pandemia; sin embargo, a nuestros 65 creo que gozamos de un excelente estado de salud.

Así, mientras dure el aislamiento, saldrán historias de este tipo, una tras otra, si antes no causamos el rechazo de nuestro público lector.

Hay muchas por delante. La mayoría relacionada con “destapes” y gobernadores.

Su opinión será bien recibida, amigo lector.

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