Aunque no sea lo mismo, “atrás que en ancas” para Enrique Inzunza Cazárez y todo aquel que sepa montar a caballo, deben saber que el que va adelante o atrás en un equino; llegan juntos. Circunstancia que trae a propósito al cuestionársele en una entrevista radiofónica sobre que inicialmente aparecía en la posición uno de la fórmula al Senado por Sinaloa y, ahora, aparece en la posición dos.
Reforzando lo planteado por Inzunza Cazárez, creemos que cuando se construye en equipo, o bien, se forma parte de un proyecto ganador, “el orden de los factores no altera el producto”, y que por el contrario, la maniobra legitima el compromiso ético y moral que tiene Morena con la paridad de género más allá de lo que establece la ley, sin menoscabo de que también queda de manifiesto el peso que tienen las bases en la toma de decisiones dentro del partido fundado por López Obrador.
Cierto, también es, que aunque Morena sea el movimiento más organizado en México —de ahí su vertiginoso crecimiento— en estos momentos se encuentra en la etapa de los equilibrios con sus respectivos estiras y aflojas a nivel nacional en cuanto a paridad, por lo que a nadie deben extrañarles los todavía restantes cambios en las listas de todas las demarcaciones que estarán en disputa el domingo 2 de junio de 2024.
Sin afán de persona con dote de ‘pitonisa’, si queremos recordar que desde éste mismo espacio fuimos de los primeros en revelar la entonces posible fórmula de Morena por mayoría en Sinaloa para la búsqueda de los escaños en la Cámara alta, la entrega rezaba: «Enrique Inzunza se proyecta como el aspirante más fuerte al Senado; “veneno que no mata, fortalece”»; en la que, develábamos iría acompañado de Imelda Castro Castro.
Enrique Inzunza Cazárez, es originario de Badiraguato, del pueblo de Batequitas, quien se describe como morenista y que, aunque nunca había militado en un partido político lo decidió por los preceptos que enarbola como instituto, pero sobre todo, por los postulados de su líder, el presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien admira, todo asociado a su origen como hombre de izquierda, forjado desde el medio rural, en la precariedad y donde fue necesario trabajar desde la infancia para salir adelante.
Cabe destacar que, la figura pública y política de Inzunza Cazárez proviene elementalmente de una amplia trayectoria dentro del ámbito judicial (25 años), constituyéndose como pieza conocedora, erudita del derecho, lo que lo llevó a lograr once años como presidente del Supremo Tribunal de Justicia del Estado de Sinaloa, reseña que el sinaloense le reconoce y que también hemos documentado en otras ocasiones.
Dentro de la trayectoria de quien muchos a estas alturas pudieran considerarlo como un poderoso secretario General de Gobierno en el Estado de Sinaloa e influyente ex presidente del Supremo Tribunal de Justicia, es necesario mencionar que existe en su haber un trajinar muy difícil, que con tesón, paciencia y disciplina lo retuvo hasta la edad de los 17 años en Batequitas, Badiraguato y comunidades circunvecinas.
Derivado de lo anterior, Inzunza Cazárez registra su paso por la primaria en la escuela rural federal Nicolás Bravo, en Batequitas, la secundaria, la hizo en la Técnica número 30 en Higueras de Álvarez Borboa y, la preparatoria, en el COBAES 49, ubicado en El Llano de los Rochín y donde a partir de la fecha afirmado por él mismo jurista y convalidado por propios y extraños, su llegada a la capital, Culiacán, para seguir con su preparación y lograr sus sueños para estudiar la licenciatura en derecho -literalmente- lo hizo de arrimado con el familiar, el pariente o el amigo, ya que el esfuerzo de sus padres no alcanzaba para ello.
Tiempo después, la joven promesa del derecho, obtuvo su primer empleo como auxiliar de la Judicatura a recomendación de uno de sus mentores que lo consideró un buen alumno en la facultad, el maestro José Manuel Sánchez Osuna, a la postre, en la biblioteca central de la Universidad, Inzunza, pondera la influencia del entonces rector, el hoy gobernador Dr. Rubén Rocha Moya, quien lo marcó en varios aspectos de su formación, ya que ha sido de siempre un referente político y de vida, al cual le profesa un profundo y perenne agradecimiento.
Así la narrativa de esta historia, donde Enrique Inzunza, el niño rural de Batequitas que cabalgó muchos años en burro o en mula para ayudar a acarrear madera y leña a su padre y con ello, poder llevar el sustento diario a la familia, hoy, ese mismo infante con sueños de grandeza: «cabalga junto a la actual senadora Imelda Castro para lograr un escaño en el Senado».