Agenda Politica-Jorge Luis Telles Salazar

Héctor Melesio Cuén Ojeda hará realidad, al fin, uno de sus sueños más acariciados: será diputado a lo largo de la legislatura federal que se instalará el primero de septiembre venidero, justo un mes antes de la toma de posesión del nuevo presidente constitucional de nuestro país. Las otras ilusiones de Cuén eran -¿eran? – ser gobernador del Estado o ya de perdida senador de la República; por lo pronto, será diputado federal.
Pero, mire usted lo que son las cosas:
El presidente del comité estatal del Partido Sinaloense será diputado por el PRI y militara en esa bancada por el tiempo que sea necesario, ante la imposibilidad jurídica de ser postulado por su propio partido. Podría serlo, incluso, durante toda la legislatura (la número 66, creo) si no suceden acontecimientos extraordinarios en el ámbito político de la entidad.
Hace tres años, justo por estas fechas, Cuén rechazó de manera contundente a todos los emisarios que le envió el PRI -entre ellos, Heriberto Galindo Quiñonez – para convencerlo de que su partido se sumara a la candidatura gubernamental del actual senador Mario Zamora Gastelum. Estaba por definirse en favor de Rubén Rocha Moya, ante una oferta política de Mario Delgado (el dirigente nacional de MoReNa) sencillamente imposible de rechazar.
Así se pronunció por Rubén Rocha y su partido le aportó 90 mil de los 600 mil que conquistó el candidato gubernamental de la Cuarta Transformación, en lo que fue una victoria electoral demoledora.
Rocha, sin embargo, no fue uno de los firmantes de ese documento -en el que si apareció la rúbrica de Mario Delgado y Citlali Hernández – y aunque no rechazó el respaldo de Cuén y su partido, comenzó a cobrarse las cuentas, a las pocas semanas del arranque de su administración, hasta llegar al punto que todos conocemos: el sonoro rompimiento entre los dos ex rectores de la Universidad Autónoma de Sinaloa.
Y que de vueltas da el mundo.
Apenas unas horas después de planteado en este espacio la posibilidad de una candidatura a diputado federal para Héctor Melesio (como derivación directa de su integración a la coalición opositora), la conjetura se hizo realidad.
Cuén será candidato a diputado federal por el partido al que tanto atacó a lo largo de los últimos tres años. Y será diputado federal porque al ocupar el quinto lugar de la lista correspondiente a la primera circunscripción plurinominal, tiene garantizada su curul en el Palacio Legislativo de San Lázaro, a menos del advenimiento de una catástrofe electoral sin precedentes.
Quizás esto si lo limite para el ejercicio de su papel como presidente del PAS; sin embargo, eso es lo de menos. Cuenta con una buena cantidad de elementos que lo pueden sustituir, dueños de una cualidad común: lealtad inquebrantable.
Y de acuerdo: podría renunciar a esa bancada en cualquier momento y declararse como diputado sin partido -como lo hacen muchos -; sin embargo esto no es tan fácil como se dice, toda vez que pondría en riesgo la sobrevivencia de la alianza PRI-PAN-PRD-PAS, que ya comienza a preparar sus armas para lo que inevitablemente vendrá en el 2027.
En efecto, señores: lo que son las cosas.
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Por cierto.
Contra lo aquí especulado, la decisión en favor de Cuén Ojeda no afectó las posibilidades de Mario Zamora Gastelum, de mantenerse como legislador, aunque ahora como diputado federal. Crecer hacia atrás es algo muy común en la política mexicana.
Por el contrario, las posibilidades del mochiteco mejoraron al ser ubicado en el tercer lugar de la relación de candidatos “pluris” por la circunscripción número uno y para ceder el quinto puesto, que es el que tenía Mario, justamente en beneficio de las aspiraciones de Cuén.
Tras las definiciones, hay que admitir que se registra un incremento en lo que a Sinaloa corresponde. Hace tres años, con todo y su estatura como presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, el mejor colocado fue Jesús Valdez Palazuelos; pero lo mandaron hasta el octavo lugar (“un reconocimiento al priismo sinaloense”, declaró Chuy en su oportunidad) y se quedó en el camino. No entró ningún priista de nuestro Estado, excepto Paloma Sánchez, que apenas y comienza a conocer la geografía sinaloense.
En este 2024, llegarán dos, según las cuentas que se hacen en la actualidad: Mario y Cuén.
Y por aquello de que pudiera interesarle, el primer sitio de esa lista se le asignó ahora a Arturo Yáñez Cuellar; la segunda, a Graciela Ortiz González y la cuarta a Sylvana Beltrones, ni mas ni menos que la hija del inmaculado y nunca bien ponderado Manlio Fabio Beltrones.
Déjeme contarle, además, que el primer puesto en la segunda jurisdicción es para el eterno Rubén Moreira; en la tercera, para Laura Piñón Rivera; en la cuarta, para Xitlalic Ceja García y en la quinta, para Samuel Palma.
Hay que familiarizarnos con estos nombres. Todos estarán en la cámara federal de diputados, a partir del primero de septiembre próximo. Chueco o derecho.
Y serán los que “salvarán” a nuestro país.
¿No?
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Y bueno.
Obviamente, la relación de candidatos a senadores por el principio de representación proporcional, la encabeza -¡faltaba más! – el más impresentable de todos los impresentables: Alejandro Moreno, el mero presidente del Comité Ejecutivo Nacional del Partido Revolucionario Institucional.
Y la complementan:
Carolina Viggiano -que es la secretaria general del CEN y esposa de Rubén Moreira -, Pablo Angulo, Cristina Ruiz, Manlio Fabio Beltrones (la sangre nueva del priismo), Ana Lilia Herrera y Carlos Aceves del Olmo, el dirigente supremo de esa ruina que es la Confederación de Trabajadores de México; CTM, por mal nombre.
Todos ellos con una virtud común: su incondicionalidad alrededor de Alito Moreno y lo más importante de todo: sus fervientes deseos de trabajar por la nación. Todos muy bien correspondidos por el campechano que prácticamente acabó con el PRI.
¿Y las bases del priismo?
Que les den su voto el 02 de junio próximo, que para eso están y ¡que se jodan…!
Bueno.