Agenda Política-Jorge Luis Telles Salazar

Hace pocos días, uno de los integrantes del equipo de defensa jurídica del rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa, doctor Jesús Madueña Molina, declaró a los medios de comunicación qué durante los dos últimos años, la UAS no había recibido un solo peso del gobierno del Estado, dentro del subsidio global que legítimamente le corresponde a nuestra máxima casa de estudios superiores.
Y qué por ende -lo secundó el propio rector – ello constituía una prueba irrefutable de que la Auditoria Superior del Estado no contaba con ninguna facultad para revisar a la institución, en tratándose de recursos exclusivamente federales los usados en su operación.
Así lo dijeron.
Clarito y con todas sus letras.
Sucede, sin embargo, que ayer el propio rector Madueña le envía un documento oficial al gobernador Rubén Rocha en cuyo contenido le solicita ni más ni menos que 2 mil 640 millones 958 mil 442 pesos, como parte del subsidio del cual es responsable el gobierno estatal. Lo pedido significa un aumento del 15 por ciento, con respecto al presupuesto estatal otorgado a la UAS para este 2023 que consume ya su último cuatrimestre del año.
Entonces qué: ¿Cómo está esto? ¿otorga o no recursos estatales el gobierno de Sinaloa para su ejercicio al interior de la Universidad?
Hasta donde tenemos entendido, el gobierno del Estado está obligado a aportar el 35 por ciento del presupuesto anual para la UAS; el 65 por ciento restante, obvio, es recurso federal. En este 2023, el Estado terminará por entregarle 2 mil 621 millones, de los 7 mil 496 que se gastará la institución.
Cierto es que, año con año, previo a la discusión del presupuesto estatal, la UAS le presenta su propuesta al Ejecutivo, que no tiene porque aprobarla tal cual; pero invariablemente hay un incremento importante.
Nada de esto se sujeta a discusión.
Lo único que queda preguntar es ¿Cómo es eso de la solicitud de la UAS si apenas hace menos de un mes formuló un posicionamiento oficial en el sentido de que en lo que va de la administración-Rocha, no había recibido un solo peso del gobierno estatal?
Que alguien lo explique…
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Por otro lado.
Marcelo Ebrard se dio un tiempo para reflexionar en torno a los sucesos de los últimos tres meses y para analizar el camino a seguir en el futuro, basado en la disyuntiva suprema de continuar en la política, hacer la clásica pausa o retirarse definitivamente. Fijó un plazo fatal: el lunes 11 del mes en curso.
Si su decisión es la de seguir adelante, tiene las siguientes alternativas:
Una, acepar, resignadamente, la postulación de Claudia Sheinbaum, como candidata presidencial de MoReNa.
Otra, derivada de la anterior, mantenerse en las filas del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador y sujetarse a la propuesta de AMLO, que al fin y al cabo les había prometido “chamba” a las cinco corcholatas que terminaran por reconocer el resultado del proceso de selección de la 4-T.
Y una más, buscar la candidatura presidencial por otro partido, en el entendido de que ya solo hay una opción: Movimiento Ciudadano, donde no todo mundo, por cierto, estaría dispuesto a admitirlo como su abanderado a las elecciones de junio del año entrante.
Si mucho me apura todavía hay otra alternativa, que pudiera ser francamente descabellada; pero que no es del todo imposible: solicitar asilo en el Frente Amplio por México, con todo y que la alianza ya tiene su candidata, que se llama Xóchitl Gálvez, cuya consigna es: adelante, tope con lo que tope.
De acuerdo, a lo mejor es una teoría descabellada; pero cuando hay despecho en una persona, es capaz de tomar cualquier decisión.
En fin.
Marcelo ya fijó el lunes 11 de septiembre, como la fecha en la que anunciará su decisión final, tras la correspondiente valoración con los integrantes de su equipo de trabajo y la consabida consulta familiar.
Que de un modo u otro, adelantó, aparecerá en las boletas en las elecciones de junio del año entrante. Si es por la presidencia, necesariamente tendrá que ser por Movimiento Ciudadano -aquí el líder nacional Dante Delgado tiene mucho que decir – porque es la única opción disponible. Ya ni tan siquiera como candidato independiente porque el plazo para solicitar registro como tal, feneció precisamente este jueves 07 de septiembre.
El próximo lunes, de cualquier modo, Marcelo volverá a ser noticia. En un sentido o en otro.
Ya lo verá usted.
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Y bien.
Más allá de la ampliamente pronosticada victoria de Claudia Sheinbaum en el proceso interno de MoReNa, existen, a juicio del columnista, un gran perdedor marginal y en contrasentido, también un gran ganador marginal.
Ese gran perdedor no es otro que Adán Augusto López Hernández, quien se rezagó hasta un lejanísimo tercer lugar e incluso superó apenas por décimas de punto porcentual a Gerardo Fernández Noroña, una vez realizado el ensayo de la ponderación en las cinco encuestas que fueron la base de este proceso: una de ellas, la encuesta “madre”, aplicada por la dirección nacional de MoReNa y cuatro más, de las llamadas “espejo”, trabajadas por firmas especializadas en la materia, de prestigio reconocido.
Y el gran ganador lo es, naturalmente, la propuesta del Partido del Trabajo, Gerardo Fernández Noroña, quien incluso, en el sondeo principal está 2. 2 puntos por arriba de Adán Augusto, lo que habla de una buena aceptación del petista en el imaginario popular, no obstante su desparpajada personalidad, bastante lejos de lo que se llaman buenos modales y formalidad en el vestir.
Adán Augusto fue llamado a la Secretaria de Gobernación, cuando López Obrador decidió darle las gracias a Olga Sánchez Córdero, a la que regresó al Senado de la República. López Hernández tomó posesión del Palacio de Cobián, envuelto en los ropajes de “presidenciable” y con las mismas características salió, cuando AMLO lo colocó en el paquete de las seis corcholatas que buscarían la candidatura a la jefatura del Poder Ejecutivo Federal.
Por su indiscutible cercanía con Andrés Manuel -se decía su “hermano” – y por su investidura de Secretario de Gobernación, así a simple vista, nada ni nadie parecía capaz de arrebatarle la candidatura presidencial; sin embargo ya AMLO tenía otros planes que favorecían marcadamente a la ex jefa de gobierno de la ciudad de México, la señora Claudia Sheinbaum.
¿Conocería de antemano Adán Augusto las intenciones de su “hermano”? ¿Se prestó a una jugada que evidentemente debe haber lastimado su autoestima y su dignidad? ¿Fingió demencia a lo largo de todo este tiempo, cuando se proclamaba el favorito de los Dioses?
Tercer lugar en las encuestas, con 11. 1 punto, porcentual. Apenitas arriba de Fernández Noroña.
El gran perdedor.
Y en abierto contrasentido, Gerardo Fernández Noroña es el gran ganador porque, sin absolutamente nada que perder, se tiró al ruedo y eso le sirvió para comprobar que si cuenta con un buen capital político, que sabrá explotar a cabalidad durante el sexenio presidencial que se avecina, independientemente del partido que gane las elecciones el año entrante.
Fernández Noroña, el de los memorables agarres en el recinto con la senadora Lily Téllez, es con mucho el gran ganador, más allá del triunfo de la Sheinbaum y del segundo lugar del futuro ex morenista Marcelo Ebrard.
Bajo esta circunstancia, el “compañero” Fernández Noroña ya tiene “chamba” en el sexenio que viene. Y hasta se dará el lujo de escoger.
Por lo demás ¿qué decir de Ricardo Monreal y Miguel Mancera?
Par de distinguidas personalidades de la política mexicana y activos tangibles de la Cuarta Transformación, quienes se anticiparon a hechos inexorables para llevar a cabo campañas tibias, sin desgaste personal -físico y mental- y sin uso excesivo de recursos. Eso explica lo discreta de las preferencias en su favor, frente a una expectativa que, lo supieron siempre, no les era ni medianamente favorable.
Y las otras corcholatas ¿no lo sabrían?