Lejos de ingresar a una situación “de pausa” -la palabra de moda en el argot político – el proceso para la selección del candidato presidencial del Frente Amplio por México, se encuentra en un momento interesante: el sondeo de opinión publica que solo dejará a tres de los cuatro que siguen en competencia; de los 12 que iniciaron esta etapa y de los 33 que en un principio se anotaron para la contienda.
Esta fase culminará el miércoles 16 de los corrientes, día en que se dará a conocer el nombre del precandidato que quede fuera, si no hay un cambio de reglas de aquí a entonces.
Y es que el jueves 17, en la icónica ciudad de Tijuana, se llevará a cabo el primero de los cinco foros regionales originalmente programados, ya solo con la participación de los tres finalistas, que continuarán hasta el epilogo del proceso: la consulta del 3 de septiembre, entre la base de ciudadanos inscritos en la plataforma que se diseñó especialmente para ese efecto.
En efecto, de Tijuana los tres precandidatos se moverán a Monterrey, luego a León, después a Guadalajara y finalmente a Mérida Yucatán. Sobrevendrá un nuevo sondeo de opinión y finalmente tendrá lugar la también llamada elección “primaria” entre el bloque opositor.
Y bueno, es en la fase citada en la que se localiza actualmente el proceso del frente. No es que haya reducido su accionar ni mucho menos.
Ahora bien.
Es oportuno advertir que, hasta ahora, nadie conoce, con exactitud, en que consiste esta dinámica y si se aplica en los términos convenidos y conveniados; pero se presume que en eso están en estos momentos y que es cosa de días para la definición del eliminado y de los tres finalistas, en consecuencia.
Para reforzar el contexto de las cosas, es bueno recordar como es que arribaron a esta etapa de la competencia: Xóchitl Gálvez, en primer lugar, con 554 mil 699 firmas de apoyo; Beatriz Paredes en segundo, con 451 mil 934; Santiago Creel, en tercero, con 358 mil 735 y Enrique de la Madrid, en cuarto, con 344 mil 729. Y si fueron 2 millones 100 los “apoyos” recaudados, quiere decir que los 390 mil restantes se desparramaron entre el resto de los participantes.
De acuerdo, Xóchitl llegó a la cabeza en función de las rubricas en su favor y que por esto acapararía la atención y las apuestas; pero esto no es determinante para la calificación a la etapa postrera. Se supone, que todos comenzaron a partir de cero en la recta final.
Bueno, al menos es lo que se supone, en efecto.
Ya veremos.
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Y bien.
Ya abrió una nueva semana y hasta ahora no se ha hecho público el posicionamiento del Partido de la Revolución Democrática en torno a su permanencia o no en el Frente Amplio por México. Su relación con la alianza opositora si que está “pausada” una vez que el comité organizador dejó fuera de la pelea a sus dos “gallos”: Miguel Mancera y Silvano Aureoles.
Sobre este particular, Jesús Zambrano, el líder nacional del partido “del sol azteca” declaró que si bien la decisión causó un gran descontento al interior del PRD aún no era oficial un eventual rompimiento con la coalición.
Silvano Aureoles, en el colmo de la frustración, comenzó a presionar a Zambrano para adoptar un acuerdo en el sentido de que el PRD participara en solitario en las elecciones del año entrante.
Es obvio y comprensible una reacción de esta naturaleza; pero hay dos cosas a considerar:
Por un lado, que si el comité organizador (con el 50 por ciento de la sociedad civil) descalificó a Mancera y Aureoles fue porque no reunieron los requisitos exigidos, que no eran tan solo el obtener un total de 150 mil firmas en su favor, sino que había otros factores a tomar en cuenta para ello.
Y por el otro, que el PRD, en solitario, no llegaría a ningún lado, incluso hasta correría el riesgo de perder su registro como partido político nacional.
Existe, ciertamente, la posibilidad de que el PRD se uniera a MoReNa porque, finalmente, la inmensa mayoría de los cuadros actuales del partido de Andrés Manuel López Obrador tienen su origen en el Partido de la Revolución Democrática. El propio presidente López Obrador.
Parece, en efecto, una alternativa descabellada; pero de ningún modo imposible.
En resumidas cuentas, hay que esperar el posicionamiento del PRD sobre el particular, lo que no irá más allá de la presente semana.
Digo.
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A propósito.
En su foro-debate del jueves de la semana pasada, Xóchitl Gálvez, Santiago Creel y Beatriz Paredes Rangel formularon un llamado a Jesús Zambrano para que reconsiderara su actitud y mantuviera al PRD dentro de las filas del Frente Amplio Opositor.
-Jesús ¡ocupamos del PRD! – exclamó, en su momento, Santiago Creel.
-Ayúdenos jefe – imploro, por su parte, Xóchitl Gávez.
Beatriz Paredes, por su parte, también se remitió a la necesidad de contar con este partido político, en aras de incrementar sus posibilidades de vencer a MoReNa en los comicios de junio del año venidero.
El único que se abstuvo al respecto fue Enrique de la Madrid.
En realidad, nada nueva la preocupación de los precandidatos presidenciales de la alianza opositora. Para nadie es un secreto que si el Frente se fractura en estos momentos o más adelante o ya con la elección encima, la victoria de MoReNa será simple y sencillamente arrolladora, sea cual fuere el candidato. La misma Xóchitl, inclusive.
Salvo mejor opinión.
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Por cierto.
Es innegable que en las últimas dos o tres semanas, los políticos del Frente Amplio por México le han restado reflectores, espacios y tiempos a los precandidatos de la otra coalición; la integrada, hasta ahora, por MoReNa (como socio mayoritario), el Partido del Trabajo y el Partido Verde Ecologista Mexicano.
La percepción es real. Las cosas si se han desarrollado de este modo en las últimas fechas; pero se trata de un fenómeno lógico y natural, impulsado por la simpatía despertada entre el electorado por Xóchitl Gávez, la Señora X o la innombrable, como la llama el presidente López Obrador.
Sin embargo, esto no quiere decir, ni mucho menos una reducción en los ritmos de precampaña de las llamadas “corcholatas” de AMLO.
Por el contrario, los seis están en lo suyo. También en la recta final y ya expuestos a la aplicación de las encuestas ordenadas por la dirección nacional de MoReNa, para definir, también en septiembre, a su candidato presidencial.