A raíz del confinamiento, que por un periodo prolongado se tuvo que vivir a consecuencia de la pandemia del COVID-19, se ha encontrado que un gran número de la población vio afectado particularmente sus hábitos alimenticios y estilo de vida, por lo que hoy se debe prestar atención a ello y volver a estilos más saludables que no deterioren la salud, destacó Giovanni Isaí Ramírez Torres.
“Eso ha repercutido negativamente en la salud de las personas, actualmente sabemos que en nuestro país el sobrepeso y la obesidad están ya casi al 80 por ciento en la población adulta, sin embargo, se espera que en los años que vienen se incremente este porcentaje debido a esta inactividad que se ha generado durante el confinamiento, aparte de los malos hábitos alimenticios que hemos adquirido”, destacó.
El investigador y docente de la Facultad de Educación Física y Deporte (FEFyDE) de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quien realizó un exhaustivo estudio sobre este tema, indicó que debido al estrés que se vivió en este periodo de pandemia conllevó a que las personas comieran en exceso los denominados “alimentos reconfortantes”.
“Que normalmente se asocia con alimentos tanto altos en dulce, ¿por qué? Porque los alimentos altos en azúcar nos reconfortan, nos dan una sensación de bienestar, pero eso nos afecta a la salud, debido a que son altos en azúcar son altos en calorías, entonces estamos consumiendo una mayor cantidad de calorías de las que nuestro cuerpo necesita y eso se traduce en aumento de peso”, describió.
Ramírez Torres destacó que conociendo el retroceso que hemos tenido en estos aspectos del cuidado de la salud es necesario hacer un alto y renovarnos, por lo que es ahora cuando se debe regresar a realizar actividad física de manera regular, por lo menos 150 minutos a la semana mínimamente, además llevar una dieta saludable, baja en azúcar y grasas, evitando alimentos chatarras, frituras y demás.
El especialista en nutrición y deporte dejó en claro que estos modelos saludables de vida deben estar dirigidos a todos los segmentos de la población, es decir, desde los más pequeños del hogar hasta los adultos mayores, ya que el número de niños obesos está en aumento y esto afecta en su desarrollo.