El grupo legislativo del PRI en el Congreso de Sinaloa manifestó su apoyo a la Ley de Fomento y Protección del Maíz Nativo, con lo que se reconoce a este cultivo como un patrimonio alimentario y cultural del estado, protegiendo con ello su producción, comercialización y consumo.

En representación del grupo parlamentario del PRI, en voz de la diputada Ana Cecilia Moreno Romero consideró que esta propuesta de avanzada, dará más certidumbre a los productores y garantizará el liderazgo en la producción nacional de alimentos que con esfuerzo y dedicación han  conquistado desde hace años los productores sinaloenses.

Es especial, señaló que esta ley representa un avance importante para que el precio de la semilla de maíz se establezca en términos reales con el que corresponde en los mercados internacionales.

“Si propiciamos de acuerdo con esta nueva Ley, condiciones para el desarrollo y la investigación, y somos capaces de producir nuestra propia semilla, vamos a corregir una distorsión estructural que lastima a miles de productores sinaloenses.

“Vamos a tener desde ahora este instrumento básico. Una ley moderna, de avanzada, que dará certidumbre a nuestros productores. Es un logro sin duda importante, de trascendencia para nuestros productores del sector privado y del sector social”, dijo.

En lo relativo al programa de fomento y protección del maíz nativo,  uno de los capítulos más importantes  dentro de esta Ley,  la  exdirigente de la Liga de Comunidades Agrarias y Sindicatos Campesinos  en Sinaloa destacó su importancia en el fomento a la productividad, competitividad y biodiversidad.

Entre ellos destacó apoyar la siembra, cultivo, producción, preservación genética y comercialización del maíz nativo, asegurar el abasto en condiciones de equidad, evitar las prácticas de las empresas productoras y comercializadoras de semillas que atenten contra esta Ley.

Asimismo dijo, proteger y fomentar el maíz libre de organismos genéticamente modificados, garantizar eficiencia, productividad, competitividad, sanidad y biodiversidad del maíz nativo y de sus productores, así como de las comunidades, ejidos y pueblos que originariamente lo han trabajado, e impulsar la investigación y desarrollo de tecnología necesaria para conservar y mejorar las características del maíz nativo.

“Producción y comercialización, la presión de las grandes corporaciones para la introducción de organismos genéticamente modificados, la baja competitividad por costos frente a productores de otras latitudes, que cuentan con enormes apoyos públicos, insuficiente desarrollo de investigación y dificultades de acceso a tecnología..

“Hoy, no solamente armonizamos nuestra legislación con la legislación federal en materia de protección y preservación de maíces nativos, sino que llenamos un vacío importante para una entidad como la nuestra, que tiene en el maíz uno de sus principales signos de identidad y de liderazgo en la producción nacional de alimentos”, indicó.